Artista:
Alfredo Juan González Rostgaard
Alfredo Juan González Rostgaard
1947 - 2004
Dibujante publicitario, pintor, diseñador gráfico y profesor, se destacó por la realización del cartel que representó el símbolo de la nueva canción cubana, La rosa y la espina, que contiene no solo el valor de la trova nacional sino también sus relaciones con el canto inteligente y reflexivo del mundo, concebido originalmente para el Encuentro de la Canción Protesta de Casa de las Américas.
En sus primeros años de labor artística, a finales de la década del cincuenta, incursionó en la publicidad y tras los primeros años del triunfo de la Revolución Cubana se incorporó al diseño gráfico de la propaganda revolucionaria. Aunque su quehacer como diseñador gráfico abarcó diversas modalidades de la propaganda se distinguió por sus carteles abarcadores de temáticas sociales, culturales y políticos, en los que presuntuoso e imaginativo, se caracterizó por valerse de un estilo propio donde convenientemente empleó las influencias de la vanguardia plástica como el op y la del pop, que le permitió exhibir obras gráficas de penetrante vigor cromáticos y expresiones figuradas, con la plasmación de configuraciones explícitas de alusiones simbólicas que le posibilitaron lograr la inmediatez comunicativas.
De 1965 y 1970 participó en la producción gráfica del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), donde diseño más de 200 carteles para la presentación de estrenos de películas, entre los cuales estuvieron: las películas cubanas; El robo (1965) y el Cimarrón (1966), el filme checoslovaco Salto a la Oscuridad (1965), el documental cubano NOW! (1965), la película húngara ¿Donde estuvo su majestad de las 3 a las 5(1966), la cinta franco italiano El Cielo Amenaza (1966), filme polaco La Línea Candente (1966), de la cinematografía cubana La Muerte de un burócrata (1966) y el documental Hasta la Victoria Siempre (1968) y para el filme japonés Masajista Ichi, el Fugitivo (1968). En sus diseños quedaron expuestos efectos ópticos y cinéticos y la línea del pop, entremezclada con un chispeante simbolismo perspicaz.